-Hoy, 2 años después.-
Espero en el final de la red la llegada de los iniciados. Los instructores anteriores no se preocuparon por ver quien era el primero en saltar. Cuando Lauren y yo nos transferimos aquí, ella desde Sabiduría, yo desde abnegación a lo primero que eran sometidos los iniciados era el paisaje del miedo dónde luchábamos contra nuestros peores miedos al segundo de entrar aquí. Amar era el único autorizado a supervisar cada uno.
Ahora los iniciados pasan por el paisaje del miedo al final y son los líderes Osadía quienes los evalúan. Sé por qué. Creen que conociendo los miedos de la gente les puede ser muy útil si alguno de nosotros quisiese rebelarse.
Noto el eco de la voz de Lauren cuando susurra "Max les dará su pequeño discurso después"
Lauren es una de mis mejores amigas desde nuestra iniciación, y aunque parezca cruel y dura con algunas personas es lo suficientemente buena. Su voz es aguda, casi como si estuviese chillando pero es su tono natural de voz. Es una persona capaz y competente a tener en cuenta a tu lado pero necesita demasiada atención a veces. Por eso decidí no involucrarme sentimentalmente con ella. Tengo que admitir que es bonita, y no voy a mentir, he visto sus curvas. Pero no me puedo centrar en cosas como preocuparme por una chica, especialmente cuando planeo marcharme.
"No puedo creer que me toque enseñar a los transferidos este año." Me quejo. "¿No puedo quedarme con los nacidos en Osadía?"
"¡Ni hablar! No quiero que ningún sabiduría se de cuenta de quién soy. Ambos sabemos que habrán unos cuantos." Dice ella. "No es que muchos Abnegación vengan aquí muy amenudo."
Sé lo que quiere decir. Soy probablemente el único transferido de Abnegación aquí. Siempre hay algún Sabiduría, y si estuviese en el lugar de Lauren haría lo mismo.
Es verdad que los Abnegación no se transfieren a Osadía, normalmente no, al menos. Yo soy la excepción. Es un poco triste saber que no habrá nadie que entienda de dónde vengo, pero no importa me uniré a mi madre con los Sin Facción pronto.
Salgo de mis pensamientos cuando alguien cae en la red. El primer saltador. Oigo una risa y sé que es una chica. Todos extendemos nuestras manos para ayudarle a bajar. Pongo la mía en barullo de manos simplemente porque no quiero parecer descorazonado para los demás Osados y me sorprendo cuando de todos los brazos extendidos siento unos dedos fríos agarrar el mío.
Voy a bajarla por mí mismo pero en cuanto coge mi mano sale sola casi cayéndose. Instintivamente, estiro de sus brazos para evitar que caiga cruces contra el suelo. Me quejo interiormente algo enfadado por el hecho de que alguien tan torpe tenga el derecho a unirse a Osadía hasta que me fijo bien en ella. Mis ojos se ajustan lo suficiente a la oscuridad para ver el familiar color grisáceo. Abnegación.
Abro mi boca. ¿Qué motivo posible tendría para transferirse a esta facción? Una pequeña y débil Abnegada que ha sido 'entrenada' toda su vida para ser educada. Le echo un vistazo a sus ojos y el aire se queda enganchado en mi garganta. Son una mezcla de gris y azul, no puedo decantarme por uno. Son grandes y me miran con curiosidad, observandome. Me enderezo, como si su mirada hubiese vuelto mi espalda de metal.
"Gracias." Me dice. Definitivamente es una estirada, simple y aburrida. ¿Qué excusa apropiada tendrá para venir aquí? Dudo mucho que en su familia hubiese algún psicópata. No me parece alguien de Osadía, pero saltó la primera y admiro su atrevimiento.
Aún así tiene que haber un motivo por el cual se haya unido a un montón de adictos a la adrenalina. Tuvo que haber algo que la condujese a unirse a la más cruel de las cinco facciones.
"¿Una estirada la primera en saltar? Inesperado." Dice mi odiosa amiga, burlándose de mí.
"Hay alguna razón por la que les dejó, Lauren." Una razón que quiero saber. "¿Cómo te llamas?" Le pregunto para poder anunciarlo a la multitud ahí arriba de nosotros.
"Em..." Murmura como si lo hubiese olvidado.
Le sonrío animándola. Ella es inquieta, pequeña, torpe, simple pero hay algo entrañable en ella, solo no consigo saber qué es. "Piénsalo, no podrás escoger otra vez."
Un fuego surge en su mirada y coloca bien sus hombros. "Tris" Dice tan segura que me aturde. Nunca esperé que alguien de Abnegación pudiese parecer tan... Feroz.
Lo admito,me gusta algo. Es refrescante comparado a lo que normalmente oigo de los estirados, siendo tan reservados, tan tímidos, invisibles. Tan frágil como pudiese parecer, definitivamente es una entre muchas.
"Tris." Confirma Lauren. "Anuncialo, Cuatro"
"¡Primera saltadora-Tris!" Grito a la multitud arriba. Me pregunto si esta novata podría encajar aquí de verdad. Necesito más información aparte, de ella. Tris no puede ser un nombre Abnegación, tiene que ser el diminutivo de algo.
Un grito, un golpe sordo y un coro de risas, el segundo saltador. Y más aclamaciones. Miro a la gente a mi alrededor, lejanos y fuertes, pero su voz proyecta calidez y seguridad, algo que no podría tener en Abnegación.
Coloco mis dedos en su espalda, aunque ella no reacciona a ello, como si esperase mi acción. "Bienvenida a Osadía." Porque si lo que ha experimentado hace poco ya parece una locura, sólo era el principio. Vienen muchas cosas más en las próximas semanas. Lo sé, lo he experimentado.
Traduce:
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sábado, 31 de agosto de 2013
-Hace 2 años. Ceremonia de elección-
-Hace 2 años, ceremonia de elección.-
Estoy cerca de escapar de mi padre, Marcus. De irme lejos de su casa, su cinturón y su armario.
Él me dijo que escogiese Abnegación en este día pero, ¿Por qué debería? ¿Y tener más cicatrices y moratones? No puedo quedarme con él, simplemente no puedo.
Miro mi vestidor. Si voy a marcharme y unirme a Osadía quiero que sepa que siempre le he detestado. Que siempre le he odiado, y que siempre de alguna forma, quise dejarle. Cojo un vaso de decoración que mi madre me dio cuando era niño. Ella insistió en que lo guardase y lo escondiese para que Marcus no pudiese encontrarlo. Está muerta ahora. Y no puedo evitar sentir que se fue por él. No me lo puedo llevar a Osadía conmigo, pero no lo voy a esconder más. Simboliza todo mi odio hacia mi padre y quiero mostrarlo. Lo dejo sobre la cama, para que cuando limpie mi habitación lo vea.
Una vez estoy sentado en la ceremonia pienso en mis resltados del test de aptitud. Mi administrador dijo que mis resultados fueron Abnegación. ¿Puedo creerme eso? Sí, claro que puedo. No tengo fe en poder encajar en Osadía. Pero odio Sinceridad, ellos no saben tener en cuenta las perspectivas de otras personas y Concordia, bueno, creo que no estoy hecho para cultivar y cantar. Sabiduría es el enemigo de la facción y de todas formas no soy lo suficientemente listo. Osadía es el último lugar, y en el que parece que encajaré mejor. He vivido bajo el techo de mi padre durante dieciséis años. Tal vez sea capaz de vivir en la tierra de los valientes, como un cobarde lo más probable.
Después de todo solo los escojeré porque necesito ser libre de mi padre. Irónico la verdad, hace de mí un cobarde transeferirme a la facción valiente.
Mientras reflexiono sobre ello, escucho mi nombre. Me dirijo hacia la mujer Concordia, Johanna, cojo el cuchillo y extiendo mi mano sobre el fuego preparado para Osadía. Oigo unos cuantos jadeos y murmullos cuando me encamino junto a los demás Osados. Pero sobre todo oigo mis latidos mientras soy consiente del momento; soy libre del abuso de mi padre pero he dejado el único estilo de vida que conozco y estoy dispuesto a seguir a delante.
Estoy cerca de escapar de mi padre, Marcus. De irme lejos de su casa, su cinturón y su armario.
Él me dijo que escogiese Abnegación en este día pero, ¿Por qué debería? ¿Y tener más cicatrices y moratones? No puedo quedarme con él, simplemente no puedo.
Miro mi vestidor. Si voy a marcharme y unirme a Osadía quiero que sepa que siempre le he detestado. Que siempre le he odiado, y que siempre de alguna forma, quise dejarle. Cojo un vaso de decoración que mi madre me dio cuando era niño. Ella insistió en que lo guardase y lo escondiese para que Marcus no pudiese encontrarlo. Está muerta ahora. Y no puedo evitar sentir que se fue por él. No me lo puedo llevar a Osadía conmigo, pero no lo voy a esconder más. Simboliza todo mi odio hacia mi padre y quiero mostrarlo. Lo dejo sobre la cama, para que cuando limpie mi habitación lo vea.
Una vez estoy sentado en la ceremonia pienso en mis resltados del test de aptitud. Mi administrador dijo que mis resultados fueron Abnegación. ¿Puedo creerme eso? Sí, claro que puedo. No tengo fe en poder encajar en Osadía. Pero odio Sinceridad, ellos no saben tener en cuenta las perspectivas de otras personas y Concordia, bueno, creo que no estoy hecho para cultivar y cantar. Sabiduría es el enemigo de la facción y de todas formas no soy lo suficientemente listo. Osadía es el último lugar, y en el que parece que encajaré mejor. He vivido bajo el techo de mi padre durante dieciséis años. Tal vez sea capaz de vivir en la tierra de los valientes, como un cobarde lo más probable.
Después de todo solo los escojeré porque necesito ser libre de mi padre. Irónico la verdad, hace de mí un cobarde transeferirme a la facción valiente.
Mientras reflexiono sobre ello, escucho mi nombre. Me dirijo hacia la mujer Concordia, Johanna, cojo el cuchillo y extiendo mi mano sobre el fuego preparado para Osadía. Oigo unos cuantos jadeos y murmullos cuando me encamino junto a los demás Osados. Pero sobre todo oigo mis latidos mientras soy consiente del momento; soy libre del abuso de mi padre pero he dejado el único estilo de vida que conozco y estoy dispuesto a seguir a delante.
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