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domingo, 1 de septiembre de 2013

Estirada.

"Aquí es dónde nos dividimos." Dice Lauren. "Asumo que los nacidos en Osadía no necesitáis un tour por el recinto."
Gruño. Por supuesto, desde que yo tengo a los transferidos que no conocen el recinto se lo tengo que mostrar. Más  trabajo que viene con ellos. Ella se va con su grupo de once, dejándome a mí con nueve. Bueno, al menos ella tiene más iniciados con los que tratar.
"La mayor parte deltiempo trabajo en el cuarto de control pero por las próximas semanas seré vuestro instructor. Mi nombre es Cuatro." Decido dar una pequeña bienvenda, una vez estuve en sus zapatos, sé cómo se sienten. Como si hubiesen perdido la luz que les ha guiado durante años, y al parecer no entienden nada.
Claro que me arrepiento pronto dee mi elección de ser agradable cuando una chica con una voz altamente chillona y ropa blanca y negra pregunta, "¿Cuatro? ¿Cómo el número?"
"Sí." Digo esforzándome en no ser bruso con ella. Tengo que comportarme lo mejor que pueda. "¿Algún problema?"
"No." Dice agachando la mirada.
"Bien." Una sinceridad aprendiendo a callar es una buena señal. "Ahora vamos al Pozo,algún día lo adoraréis..." Y una risa burlona corta mi pequeño discurso.
Es la misma chica de antes y me pregunto si no estaría bien tapar su boca por el resto de la iniciación. Probablemente no, así que tendré que encontrar alguna forma de que sepa que esto no es Sinceridad. Camino hacia ella y la miro fijamente, inclinandome tratando de intimidarla, parece funcionar porque la chica Sinceridad tiembla un poco. "¿Cómo te llamas?"
"Christina" su voz es aun más alta que antes, si eso es posible.
"Bien, Christina, si hubiese querido juntarme con bocazas Sinceridad, me habría unido a su facción. La primera lección que vas a aprender de mí es a mantener tu boca cerrada." Porque alguien que habla mucho acaba ganando una paliza en un sitio como este. "¿Lo tienes?"
Ella asiente lentamente y yo vuelvo alante a liderar el grupo. Es mi trabajo mantenerles aquí tanto tiempo como sea posible, y si ellos no pasan la iniciación tendré el peso en mi conciencia de que fue mi culpa por no entrenarles lo suficientemente bien. Tomo un gran respiro y lo dejo salir lentamente por mi boca. Les dirijo hacia su nuevo mundo, tal vez por el resto de sus vidas si superan los obstaculos que Osadía les ofrece.
Cada uno reacciona diferente a la vista de su nuevo medio, delante suyo. Los tres de azul miran cada detalle a su alrededor. Los cinco de blanco y negro tienen esa mirada en su cara que grita que quieren debatir sobre todo lo que ven. Entonces está la chica  de gris que mira a todo y a todos como los Sabiduría pero con una pizca de confusión evidente en su mirada. Es una novedad para alguien que ha vivido en gris durante dieciséis años ver tanto colorido, en las personas, o incluso en las paredes de las tiendas.
"Si me seguís on enseñaré el Abismo."
A pesar de que no estoy del todo autorizado para hacer esto, creo que es necesario que vean que ser un loco adicto a la adrenalina que corre cualquier riesgo no es lo mismo que ser valiente. Cuando llegamos a nuestro destino, espero unos segundos antes de dirigirme a ellos.
"El Abismo nos recuerda que hay una fina línea entre la valentía y la idiotez. Un estúpido atrevimiento a saltar esta plataforma acabará con vuestras vidas. Ya ha pasado antes y pasará otra vez." Intento no sonar compungido. Muchas vidas se han perdido aquí... "Estáis avisados."
Miro el reloj y decido que ahora sería un buen momento para almorzar. Les dirijo hacia el comedor, uno de los sitios más grandes de Osadía ya que al parecer todos tienen una ligera obsesión con la comida. Cuando les dejo entrar son recibidos con estampidas de pies contra el suelo, aplausos y gritos. Sonrío y me uno a ellos, porque cosas como esta son las que disfruto realmente de mi facción.
Me siento en una mesa al final esperando a mis amigos cuando alguien se sienta a mi lado y deja escapar un quejido. Es la chica Sinceridad, Christina. No tiene otro sitio donde sentarse y me parece bien que se quede mientras deje la charla. Pero entonces una pequeña figura se sienta en el espacio entre nosotros. Es rubia y va de gris. No parece molestarle mi presencia. Hay hamburguesas en la mesa y ella las mira con curiosidad. Christina mira confusa a Tris.
"Es carne de res." Le explico etendiendo su mirada. Me refleja a mí hace dos años. "Ponle esto" Digo dándole un pequeño sobre de ketchup.
"¿Nunca has comido una hamburguesa" Le pregunta Christina aun en shock.
"No. ¿Se llama así?" Le responde Tris.
"Los estirados no comen este tipo de comida" Le explico a Christina.
"¿Por qué?" Ella habla demasiado. ¿no ha aprendido nada de lo que le he dicho antes?
"La extravagancia es considerada autoindilgente e innecesaria." Dice Tris encogiéndose de hombros.
"Entiendo que te marcharas entonces" Dice Christina.
"Sí" dice Tris rodando sus ojos. "Fue sólo por la comida."
Intento no fruncir el ceño. Me recuerda por qué me marché, su tono de voz me dice que hubo más de un motivo por el cual les dejó y lo que sea que es dudo que fuese por la falta de hamburguesas.
Veo a Eric entrar al comedor. Él es fácil de ver siempre. Tiene tatuajes por casi todo su cuerpo y piercings es unos 10  sitios diferentes. Es imposible no verle. Creo que es por eso por lo que lo ha hecho. Para llamar la atención.
"¿Quién es ese?" Pregunta Christina.
"Su nombre es Eric. Es uno de los líderes Osadía." Respondo secamente. Eric no suele venir aquí por su propio pie, siempre ordena que alguien le lleve la comida a su oficina. Él está buscando a alguien.
"¿En serio? Pero si es muy joven."
"La edad no importa mucho aquí." Digo sin interés. Y es verdad. Si Osadía piensa que algo va mal con una persona  no tienen problema en matarle. Lo sé. Nunca más veré a Amar. Puede que ellos lo hayan hecho parecer un suicidio pero no, y yo lo sé.
Entonces me doy cuenta de que se dirige hacia nuestra mesa.
Genial, pienso. Seguramente está aquí para hacerme ver débil delante de mis iniciados. Apoya duramente su mano contra mi hombro. Siento un pinchazo en mi espalda. No me gusta que me toquen en general pero es que los dedos de Eric se sienten como una punta de pistola apretada contra mi piel. "Bueno, ¿no nos presentas?" Dice él expectante.
"Estas son Tris y Christina." Digo en un tono casual esperando que no se fije en el color de su ropa.
"Anda, una Estirada." Dice sonriendo satisfecho y mi intento de que el no la viese se desvanece. "Veremos cuánto duras."
Tris le mira determinada nada más Eric habla. Debería. La iniciación aquí es supuestamente la más dura de las cinco. De alguna manera, no la veo viviendo en Abnegación, como hacía unos momentos antes cuando cayó en la red. Si tiene esa mirada, como si necesitase probar algo a alguien, entonces no creo que ella pudiese encajar en un modo de vida desinteresado.
"¿Qué has estado haciendo últimamente, Cuatro?" Me pregunta Eric.
"Nada, la verdad." Digo intentando ser despreocupado. Eric saliendo de su oficina y no para golpear a alguien. Extraño.
"Max dice que sigue intentando reunirse contigo y que no apareces por ningún lado. Me ha encomendado que averigüe qué pasa contigo."
Ahora entiendo por qué Eric está aquí. Máx le ha hecho hablar conmigo y apuesto a que a Eric no le gsta hacer de paloma mensajera. Entonces recuerdo la oferta de trabajo.
No puedo ser un líder de Osadía. Yo no pertenezco realmente aquí. Vale que no le temo a mucho, pero no soy como ellos. No al menos como son ahora. Osadía debía creer en la valentía y el coraje de estar ahí para los demás. No golpeando la vida de los demás, asustando a la gente o tomando riesgos estúpidos. Eso no es valentía, es idiotez. Dos cosas completamente diferentes. Y me voy con los Sin Facción cuando acabe la iniciación.
"Dile que estoy contento con la posición que tengo ahora." Digo finalmente.
"Así que está intentando ofrecerte un trabajo..." Dice Eric claramente amenazado. No quiere que yo tenga una posición más alta qué aunque podría, y él lo sabe. La cuestión es ¿Lo haré? No, por supuesto que no.
"Eso parece." digo casualmente.
"Y, ¿no estás interesado?"
"No lo he estado durante dos años." Digo así caiga en la cuenta de que es su trabajo el que Max quiere darme. El pensamiento me divierte, ¿dónde trabajaría Eric si yo le quitase su puesto? ¿De conserje? ¿De cocinero? ¿De cajero en una tienda de lencería en el Pozo?
"Bueno, esperemos que lo entienda." Apreta mi hombro y lo suelta.
"Vosotros dos... ¿sois amigos? Pregunta Tris.
"Estuvimos juntos en la misma clase de iniciación." Le contesto por no gritar 'NO'. "Él se transfirió desde Sabiduría." Lo que debería ser suficiente para una estirada para querer evitarle. No quiero que ninguno de mis iniciados tomen a Eric como ejemplo. Ellos son el futuro de Osadía de alguna forma y si les enseño bien tal vez ellos podrían cambiar la manera en la que esta facción es liderada ahora, tal vez, en un futuro. Incluso puede que evitar la guerra de la que he oído hablar.
"¿Eras tú también un transferido?" Pregunta. No quiero responder a ello porque entonces preguntará de que facción vine. No me gustan las preguntas y los estirados están enseñados a no hablar más de la cuenta. Cuando era niño me llevé diez latigazos por hacer muchas preguntas. Aunque su pregunta me hace saber que no me ha reconocido, tampoco esperaba que lo hiciese.
"Creía que sólo tendría problemas con los Siceridad haciendo demasiadas preguntas, ¿ahora tengo también a los estirados?" Pregunto con un tono acusador.
"Será porque eres tan agradable como una cama de clavos." Se encoge de hombros.
¿Qué demonios acabo de oír?
La miro friamente. He decidido enseñar a estos mocosos, dándoles mi tiempo en vez el de Eric y ¿esto es lo que gano? Si su actitud no cambia los líderes se darán cuneta de su comportamiento el cual no debería tener una chica Abnegación. Pero ella me sostiene la mirada. Es cabezota, determinada y atrevida. Eso sí.
"Ten cuidado, Tris." Digo y ella aparta la mirada. Si hubiese hecho eso con Eric él habría hecho una pelea. Espero que no se haya dado cuenta de que no h econtestado a su pregunta. Si lo ha hecho será lo bastante curiosa como para averiguarlo. Es muy observadora. Y esa no es una característica de Osadía. Ni de Abnegación.
"¡Eh, Cuatro!" Me chilla Zeke desde otra mesa. La forma en la que ella me mira me hace querer retorcerme, ¿no tendría que ser al revés? No me puedo quedar más tiempo sentado con ella así que me dirijo a mi amigo sin otra alternativa.
"¿Qué" Digo sentándome al lado de Zeke.
Zeke frunce el ceño. "Alguien está cabreado."
"Hablar con Eric puede hacer eso."
"Ah sí, y ¿qué ha dicho?"
"Max está intentando verme para ofrecerme trabajo como líder en Osadía."
"Eso lo sé, lleva semanas con eso. Me refiero a qué le ha dicho a la nueva estirada." Explica Zeke.
Repito la frase en mi cabeza. ¿Le estaba poniendo a prueba o era alguna amenaza disfrazada? De repente me enfrío. La sonrisa sarcástica, la mirada predadora iban hacia ella, justo muy parecida aa la que le dio a Amar una semana antes de su muerte. Me estremezco.
"Buen, gracias por la información." Dice Zeke cuando no respondo. "Y, ¿realmente crees que ella pueda superar la iniciación? Quiero decir, ella es la iniciada más pequeña, y..."
"¿Y es una Estirada?" Termino por él arqueando una ceja.
"Sí, bueno." Tú fuiste una excepción. Tú no eras pequeñito y tienes Cuatro miedos." Dice Zeke.
"Cierto." Sonrío orgulloso.
Veo a Eric fuera del comedor hablando con Max, parecen discutir algo.
"Te veo luego." Le digo a Zeke. "Tengo que mirar una cosa."
Camino hacia ellos y me inclino para escuchar lo que dicen.
"Así que ¿ella dice que uno de los resultados tuvo que ser introducidos manualmente? Pregunta Max.
"Sí, y solo puede ser esa estirada. La tatuadora Tori administró su test. Dice que ella se puso enferma y se le olvidó grabarlo pero Jeanine no lo cree." Susurra Eric.
"Puede que sea verdad. Es bastante pequeña, puede que Tori no le diese la proporción adecuada de suero para la simulación y le diese más de la correspondiente. Lo suficiente como para hacer enfermar a alguien." Dice Max. "Por ahora no tenemos pruebas suficientes de que sea divergente. Pero mantén un ojo a sus simulaciones cuando la segunda etapa empiece, solo para asegurarnos."
Eric asiente. "Veré si puedo encontrar algo durante la primera etapa igualmente. Cambios de personalidad y eso."
Max asiente, se marcha y Eric sube a su oficina. Me quedo ahí estupefacto.
Para una persona normal esta conversación no tendría sentido pero conozco la divergencia y sé que Eric sospecha que Tris es una solo por un pequeño defecto en sus resultados. Creo que hablaré con Tori, pero solo por curiosidad. Por muy arrogante que la estirada haya sido conmigo hoy ha captado mi atención y no sería bonito verla muerta en el abismo. Suspiro y preparo un plan en mi cabeza.

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